La conservación y restauración de obras de arte es el conjunto de procesos dedicados a la preservación de los bienes culturales para el futuro, devolviendo la eficencia y originalidad a un producto de la actividad humana o natural.

Las actividades de conservación corresponden a: examen, documentación, tratamiento, prevención y cuidado, soporte a la investigación de las obras de arte. Todas ellas forman áreas dentro de una profesión. El conservador o restaurador de obras de arte o bienes culturales es un profesional, con responsabilidad y con conocimientos multidisciplinares en campos tan diversos como la historia del arte, la química, la física o la biología y debe tener formación artística, teórica, técnica y científica.

Su labor es examinar, diagnosticar, preservar, conservar, e intervenir en el patrimonio artístico. Los estudios de restauración de obras de arte pueden realizarse a través de las facultades de Bellas Artes que dispongan de la especialización en Conservación y Restauración, en las que se obtiene la licenciatura en Bellas Artes o a través de las Escuelas Superiores de Conservación y Restauración, en las que se obtiene una diplomatura en este campo.

La restauración de obras de arte se especializa en función de la técnica o naturaleza material de la obra: pintura, escultura, obra sobre papel o documento gráfico, y arqueología, que abarca todos los materiales antiguos. En ocasiones estas disciplinas se solapan, siendo obras sobre papel como las acuarelas, u otras, también tratables por técnicos especializados en pintura, por ejemplo.